lunes, 12 de enero de 2009

MADUROS NO: PODRIDOS


Hoy, como director de Jogüarts, además de desearles a todos Feliz Año 2009 y todo eso, quiero ofrecer un fragmento de la muy exitosa conferencia pronunciada en el Parapinflo de la escuela por el celebérrimo profesor Phlippas ConFloups durante los Cursos de Verano de Jogüarts que tuvieron lugar el año pasado.


Inútil sería introducir -como dicen los guays- al profesor ConFloups: son de sobra conocidos sus proyectos para la divulgación del crack entre los Snorkels (alabado sea!), y sus famosos solos de ocarina ("si Woody Allen puede tocar el clarinete y ser cineasta, por que no puedo yo tocar la ocarina y ser archimago?" suele decir el buen anciano), tan al gusto burgués de la época. El profesor ConFloups aceptó de buen grado la invitación de la escuela, a condición de que le dejáramos tocar la ocarina y de que Errata templara su pipa de crack. ¡Qué magnánimo!.


Pero dejemos paso ahora al profesor ConFloups. Se me eriza el escroto sólo de recordar sus palabras:


"(...) En fin, como todos sabéis, de todas las corrientes estético-psicológicas que aquejan a nuestra sociedad actual, hay una que, para nosotros, los archimagos, resulta totalmente inaceptable. Una que, vista en acción, nos produce un sentimiento inconfundible: una mezcla de desilusión, asco, y vergüenza ajena. Veo muchos rostros asintiento. Sin duda sabéis a lo que me refiero. Pero merece la pena detenerse en ello unos instantes.


Los aquejados de este -me atrevo a llamarlo así- síndrome, suelen ser personas relativamente jóvenes, entre los 20 y los 35 años, cuyo pasado cabe siempre definirlo como "incierto y trompiconoide". Un día determinado, sin saber muy bien por qué, el afectado muestra una cierta displicencia con todo lo que le rodea, componiendo muecas rídículas cuando ciertos temas o lugares comunes salen a colación. De repente, el viejo guerrero y compañero de fatigas, el "poderoso Agazor", el guardián de tantas pieles, caballero de neón, señor de la guerra retornado, calmante y breifgüarriorofdejebenzander, ahueca la voz para proclamar todos los días a los cuatro vientos que "ha madurado". Tan pancho se queda con ese Evangelio.


Se le aherrumbra la espada en la despensa, le salen canas en las cejas y los modales se contienen un tanto. Y no es que tenga que ir a la recepción del embajador (donde le esperaría Ambrosio con su polla untada en miel), es que -dice- ha superado una etapa, y, cual enfermo convaleciente que abandona un hospital, siente lástima y compasión por los que quedan en él, y lo mira a uno como si estuviera a punto de llevarse la mano al bolsillo y arrojarle un óbolo en limósnica actitud. "¡Por favor!"-dice- "a ver cuando maduras".


Es destacable que este mal del que hablamos favorece la amnesia. El afectado pronto no conoce más dados que los que cuelga del espejo del coche, no conoce más música que la que sale por la radio, no conoce más texto que el que aparece en el Expansión (lagarto!!!!). Cambia la coraza por el traje, y el casco por el sombrero, y la guitarra por el periódico. Es un hombre nuevo, o eso parece. Maduro.


Yo digo que este síndrome es de tal magnitud y de tan difícil curación, que sólo recurriendo a las artes mágicas más Altas, podremos purgar la mente del afectado. A continuación os ofrezco un conjuro-jaculatoria de probada efectividad para salvar de la madurez a tantos enfermos.


Así es como habrá de hacerse: alzando la varita -si no la lleváis encima, señalad con el dedo, coged una pajita de la barra, un lápiz de la mesa, o un plátano bendecido por Gaia- y con voz estentórea, pronunciaréis las siguientes palabras:


CONJURO PARA CURAR LA MADUREZ, EL GIRONDINISMO Y LA CHAPURRENCIA


"En el nombre de Wi, Ardercharán y Odín. Yo os conjuro, deidades supremas. Filtros de Amor y Absenta de Fresa Ácida. Sursum corda. Celeris Paribus Domine Dimitri Superávit. Tu quoque fili? Vanitas Vanitatum omina Vanitas. Por los rizos de Narci, por las lorzas de Axel Rose, por la hoja del Naranjito y por la Cherry Coke! Madurez mal llamada, abandona este cuerpo! Fuerzas inexplicablemente fantástico-pajeras, haced que este pobre hombre (u hombra) vomite tanta madurez!!! Achikinrioooolllllll, muerte a Viruete!!!!!!"


A continuación, dar un fuerte grito sacando todo el metal que lleves dentro y siete golpecitos acompasados con la varita sobre las ingles del afectado. Si no funciona, una patada en la boca suele ser también bastante efectiva"


Así nos ilustró el gran profesor sobre ese terrible mal llamado "madurez": esa infecciosa enfermedad que tanto aqueja a los alumnos de Jogüarts y que tan difícil resulta curar.


Esta dirección recomienda muy encarecidamente a los alumnos que copien el conjuro y estén dispuestos a pronunciarlo en cuanto sepan de algún maduro al que exorcizar. Se admiten propuestas mágicas para mejorar su efectividad, por supuesto.


Y no lo olviden: cada vez que se encuentren con un maduro como el de la foto de arriba

...QUÍTENLE CINCUENTA PUNTOS A GRIFFINDOR!!!!!!!!!!!!!